El agujero de la capa de ozono se está cerrando, según un estudio publicado por Geophysical Research Letters. Sin embargo, hay que contener la alegría, ya que según sus propios autores, este hecho está contribuyendo al deshielo de la Antártida.
Según el citado informe, el agujero de ozono provoca la formación de nubes más luminosas de lo normal, lo que protegerían a la Antártida del aumento de temperatura generado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas formaciones nubosas, ricas en humedad y que se daban gracias a los fuertes vientos provocados por el agujero, reflejaban mejor los rayos del sol, evitando el deshielo del Continente Blanco.
“Estas nubes han actuado como un espejo ante los rayos solares, reflejando el calor del sol lejos de la superficie”, asegura el profesor Ken Carlsaw de la Universidad de Leeds, uno de los autores del informe.
Esa inesperada consecuencia positiva desaparece a medida que se reduce el perjudicial agujero. Ante la mejora, la situación de la Antártida, y de su deshielo, empeoraría.
El estudio se ha centrado en la velocidad del viento, que habría disminuido, según los datos recabados entre 1980 y 2000 por el Centro Europeo de Pronósticos Meteorológicos de Medio Plazo. Sin embargo, puede que el propio calentamiento sirva para dar esperanzas a la Antártida, según una de las autoras de la investigación.
“Es posible que el propio aumento de la temperatura terrestre pueda generar fuertes vientos y, por lo tanto, darse una situación similar a la que se tenía con el agujero de ozono”, decía esta semana Judith Perlwith, de la Universidad de Colorado, a The New York Times.
Las conclusiones de este estudio confirman los de otro trabajo dado a conocer a principios de diciembre. El Comité Científico de la Investigación Antártica expuso entonces en el estudio Medio ambiente y cambio climático en la Antártida, una teoría similar.
A pesar de todo, aún queda algo más de medio siglo para que la capa de ozono los niveles previos a su deterioro. Según la Organización Mundial de la Meteorología, el agujero se cerrará entre 2060 y 2075.
La humanidad depende de este escudo
La capa de ozono se encuentra situada en la estratosfera de la Tierra y protege a los habitantes del planeta de la acción de los rayos ultravioleta. A mediados de los años 80, la comunidad científica descubrió la formación de un agujero en la zona de la capa que se encuentra sobre la Antártida.
Los gases CFC (clorurofluorocarbonados), presentes especialmente en aerosoles, fueron señalados como principales responsables de esta situación. A través del Protocolo de Montreal, firmado en 1987, se legisló el control de la producción de sustancias que pudieran dañar la capa de ozono.
La exposición a los rayos ultravioleta puede aumentar el riesgo de cáncer de piel. Según datos aportados por la Agencia de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, por sus siglas en inglés), este tipo de cáncer podría aumentar un 2% cada vez que el ozono estratosférico descienda en un 1%.
En esta línea, según los datos aportados por la PNUMA, una mayor exposición a esta clase de rayos ultravioleta tendría también efectos negativos sobre la agricultura, reduciendo el rendimiento de algunas explotaciones agrícolas de primera necesidad, como el arroz, vitales para buena parte del planeta.
30/01/10
EL CONFIDENCIAL