A diferencia de otros glaciares, no retrocede, sino que avanza
No sólo atrae a miles de turistas argentinos y extranjeros por su maravilloso espectáculo cada vez que se produce un rompimiento, sino que el glaciar Perito Moreno, PN Los Glaciares – Santa Cruz, se está convirtiendo en una incógnita que desvela a los científicos, que no terminan de desentrañar su comportamiento.
A contramano de lo que ocurre a nivel global con los glaciares, en franco retroceso, los avances del Perito Moreno hacia tierra firme -lo que forma el dique que finalmente colapsa en un impactante show natural- son cada vez más frecuentes. Cuando la lengua de hielo avanza sobre la costa y forma un dique natural bloqueando el curso de agua entre los lagos Brazo Rico y el Canal de los Témpanos meses después se produce la ruptura.
De esta manera, entre los 48 glaciares que tiene su origen en el Campo de Hielo Patagónico, el Perito Moreno es el único que no parece estar en retirada. Sin embargo, su futuro es un misterio sobre el cual se tejen varias conjeturas.
Tres geólogos argentinos expertos en glaciares patagónicos consultados por LA NACION coinciden en que no hay explicaciones convincentes acerca de la supuesta regularidad (o irregularidad) de las rupturas del glaciar.
Desde que existen registros directos de la primera formación, en 1917, los ciclos han tenido diversa regularidad. Para el geólogo Jorge Rabassa, experto del laboratorio de Geología del Cuaternario del Caddic-Ushuaia e investigador del Conicet, «no hay explicaciones convincentes acerca de la regularidad o irregularidad del glaciar, por lo cual tampoco puede hablarse de verdaderos ciclos ni tampoco puede estimarse si las frecuencias actuales se mantendrán en el futuro».
Rabassa explica que es posible que como consecuencia del calentamiento global «la lengua terminal del glaciar se vea afectada en las próximas décadas, tanto en acortamiento como en adelgazamiento» y reafirma que, en cuanto a su comportamiento, «hasta que no haya explicaciones científicas aceptables, no puede predecirse cuál será la frecuencia de avances y eventuales bloqueos del lago».
De acuerdo con los datos aportados por los tres investigadores, hay tres hipótesis posibles que explican el fenómeno del Perito Moreno en tiempos en que los glaciares están en retroceso:
• Hubo un cambio interno en las condiciones de drenaje del hielo de la cuenca del glaciar, lo que hizo que esta lengua recibiera mucho más hielo que en el pasado y por lo cual avanza cuando los demás retroceden;
• La zona está afectada por un sistema de fracturas activas que en movimientos sísmicos recurrentes aceleran el movimiento del glaciar al facilitar el desplazamiento por lubricación en la base del hielo;
• Los avances del glaciar estarían en fase con la corriente de El Niño.
«Ninguna de las tres teorías explica por si sola el comportamiento anómalo del glaciar y de su contraparte chilena, del otro lado de los Andes, el Glaciar Pío XI», afirma Rabassa, en tanto que el geólogo Eduardo Malagnino, del departamento de Ciencias Geológicas de la UBA e investigador del Conicet, recuerda un caso similar al del Perito Moreno, el glaciar Hubbard en Alaska. «Este episodio no es tan conocido, porque el sitio en el cual se localiza el glaciar Hubbard es extremadamente inaccesible», afirma Malagnino.
El Niño
Desde la unidad ejecutora del Conicet en la Universidad Nacional de Córdoba, los geólogos Pedro De Petris y Andrea Pasquín han desarrollado estudios en los cuales vinculan los ritmos del glaciar Moreno con el fenómeno de El Niño, en el Pacífico. En un trabajo publicado en 2000, en la revista científica Global and Planetary Change, explicaron la sorprendente teoría. «Empleamos una técnica de análisis espectral para examinar la señal hidrológica que cada rompimiento produce en el río Santa Cruz. Este análisis indica que la recurrencia, aunque dispar, obedece básicamente a la ocurrencia del fenómeno de El Niño en el Pacífico y quizás, en alguna medida, con lo que se conoce como la Oscilación Antártica.»
De Petris y Pasquín afirman que estas técnicas les permiten explicar que «los eventos de El Niño en el Sur resultan en un incremento de la caída de lluvia y nieve sobre el Campo de Hielo Patagónico, lo que a su vez determina el avance del glaciar. Por otra parte, el incremento de las precipitaciones determina que, frecuentemente, los eventos de El Niño hayan precedido a los colapsos del glaciar, una vez que se ha producido el cerramiento en el Brazo Rico». Y ejemplifican que los cierres del glaciar en 2003 y en 2005 fueron precedidos por un evento de El Niño. En marzo de 2004 y de 2006 se produjo la rotura. Situación que hoy se repite.
El futuro
Ahora bien, cuál es el futuro de este glaciar es una de las preguntas que se anima a responder Malagnino al plantear dos escenarios posibles: en uno, el glaciar Perito Moreno se fundiría en el mediano a largo plazo en función de los pronósticos que diagnostican un calentamiento global.
En el otro escenario posible, Malagnino explica lo que podría ocurrir en un hipotético escenario opuesto al anterior, en el cual la Tierra fuera ganada por un supuesto enfriamiento. «Si el glaciar Perito Moreno avanzara decididamente, el frente de hielo se desplazaría hasta bloquear en forma permanente el Brazo Rico. Esta situación daría lugar a la elevación de la superficie del lago Rico en un valor de 30,8 m por sobre la cota actual, nivel a partir del cual comenzaría a drenar a lo largo del río Centinela por el lado sur del cerro Frías», afirma el geólogo. Y agrega que «un avance de esta magnitud y persistencia debería estar asociado con una caída de la temperatura media global en el futuro cercano, algo extremadamente controversial, pero que es pronosticado por algunos investigadores al anunciar que hacia 2030 podría darse un episodio de enfriamiento pronunciado, relacionado con una caída en la actividad solar, similar a la que ocurrió durante la Pequeña Edad de Hielo entre 1640 y 1720.»
«Este acontecimiento histórico comprobado, conocido con el nombre de Mínimo de Maunder, dio lugar al reavance de los glaciares en todo el planeta -continúa Malagnino-. No fue el único, ya que se repitió en varias oportunidades a lo largo de los últimos 7000 años.»
Por ahora, el glaciar sigue escondiendo en su interior el misterio de su futuro.
Mariela Arias
Diario LA NACION