La capa sobre la Antártida ya es más grande que en 2007. Estiman que no llegará a los niveles récord de 2006, cuando se observó el mayor agujero de la historia.
La Organización Mundial de la Meteorología (OMM) advirtió que los cambios observados en la estratosfera podrían retardar la reconstitución de la capa de ozono, a pesar del freno al desgaste que se ha logrado con la firma en 1987 del Protocolo de Montreal.
La OMM recordó que los científicos son cada vez más conscientes de las relaciones posibles entre el empobrecimiento de la capa de ozono y el cambio climático.
«El aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera conllevará un alza de las temperaturas en la troposfera y en la superficie del globo, mientras que se producirá un efecto de enfriamiento en la estratósfera, altitudes en las que se encuentra la capa de ozono», señaló en un comunicado.
La baja de las temperaturas observada los últimos años en la estratósfera en invierno facilita las reacciones químicas que destruyen el ozono.
Geir Braathen, experto de la OMM, dijo a Efe que a pesar del mayor tamaño este año del agujero esperan «que a largo plazo la situación mejore. Lo peor ya lo hemos visto (en 2006)».
«En las latitudes templadas, donde vive la mayor parte de la población mundial, no creemos que la situación vaya a agravarse, irá mejorando lentamente, pero en las zonas polares es más grave y veremos el agujero de la capa de ozono otros 10 o 20 años como ahora», subrayó.
Por el Protocolo de Montreal, los gobiernos acordaron eliminar en un 95 por ciento el uso de gases CFC, comúnmente utilizados para refrigeración, una decisión a la que se unió el año pasado un compromiso de acelerar la reducción progresiva de los hidrofluorocarbonos (HCFC) que los sustituyeron y que también son perjudiciales para el ozono, además de ser potentes gases de efecto invernadero.
Sin este acuerdo, el adelgazamiento de la capa de ozono habría doblado en 2050 la cantidad de radiación ultravioleta capaz de alcanzar la superficie terrestre en el hemisferio norte, y cuadruplicado la del hemisferio sur.
En 2006, el agujero sobre la Antártida alcanzó un récord debido a un invierno especialmente frío y se extendió sobre una superficie de 29,5 millones de kilómetros cuadrados, con una pérdida de ozono evaluada en 40 millones de toneladas.
Fuente: EFE